¿Leer o No Leer? ¡Esa es la cuestión!

Te comparto algo personal…

Si hay algo que debo agradecerle a mis padres es que desde muy joven me inculcaron el hábito de la lectura.

Cuando tenía 10 o 12 años me inscribieron a una especie de membresía, algo que se conocía como Círculo de Lectores, en donde cada mes nos mandaban un catálogo de libros y yo tenía derecho a elegir mensualmente al menos dos títulos para que nos los enviaran por correo postal a nuestro domicilio.

Así fue como me volví fan de la lectura de novelas de todos tipos. Leía por gusto, no por obligación.

Leí a increíbles autores entre ellos John Le Carré (El Topo), Juan Ramón Jiménez (Platero y Yo) y Emilio Salgari (Sandokan), entre muchos otros.

Por supuesto no podían faltar los cómics de la época como Archie, El Pato Donald y Fantomas, además de periódicos y revistas (Excelsior, Novedades, El Sol de México, Selecciones de Reader’s Digest), y revistas de política (Proceso y ocasionalmente ¡Siempre!).

Más adelante amplié mis horizontes porque también comencé a leer libros de desarrollo personal, ciencia ficción, negocios. Literalmente los devoraba.

Recuerdo que cuando tenía unos 14 o 15 años, cada sábado mientras mi madre cocinaba, me sentaba en la mesa de la cocina para que le hiciera una síntesis de lo más relevante que había leído en el periódico durante esa semana. Desde entonces también desarrollé ese hábito de resumir casi todo aquello que leía.

En mi caso, la lectura ha representado un oasis en el cual me abstraigo de todo lo que me rodea y permito que mi mente vuele a lugares insospechados.

¿Y porqué te cuento todo esto?

Te lo cuento porque hoy 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro.

La idea de dedicar un día al libro y celebrarlo en el mundo entero fue una propuesta de la Unión Internacional de Editores de España. La iniciativa fue presentada por el gobierno español a la UNESCO en 1995.

Es curioso como fue que eligieron esta fecha para celebrar el Día Internacional del Libro.

Algún observador de almanaques y calendarios se dio cuenta de que el mismo día del mismo año, el 23 de abril de 1616, habían fallecido dos de los más grandes autores: Miguel de Cervantes y William Shakespeare. Representantes de los dos idiomas (además del chino) más hablados en el orbe.

Posteriormente, en la misma fecha aunque en diferentes años, se unieron a la lista los fallecimientos de Garcilaso de la Vega, Alejo Carpentier y la del escritor español Joseph Pla.

Son muchas coincidencias para un mismo día.

La UNESCO aceptó por ser una maravillosa forma de reconocer a los autores que, sin importar idioma y nacionalidad, reunieron sus talentos en páginas escritas.

La fecha se convirtió en simbólica y significativa. No sólo para la literatura universal, también para impresores, bibliotecarios, autores, editores y lectores.

Desde mi punto de vista, los libros se pueden convertir en tu mejor coach, en tu mejor asesor, en tu principal motivador para elevar tu vida a otros niveles de crecimiento personal y profesional.

¿No lo crees así?

Te invito a que a partir de ahora, si aun no lo haces, abras un espacio cada día para leer uno de tantos libros que tienes olvidados en tus estantes.

¡Se curioso, sigue aprendiendo!

Rafa Bravo

Autor bestseller y fundador y CEO de: